Seleccionar página

UNA PALABRA NOS DEFINE: VARIEDAD

Si algo caracteriza a la comarca es la variedad, en sus paisajes, en sus ecosistemas, altitudes que van desde los 2.100 metros en la Sierra de la Cabrilla hasta los 360 metros en las proximidades del Puente de la Cerrada. Altas cumbres se mezclan con profundos barrancos, suaves relieves y amplios valles, bosques, olivares, pastos de alta montaña y huertas. Zonas húmedas y secas, semidesérticas. La elevada altitud media, que sobrepasa los 1.000 metros, dota a estas serranías de una espectacular belleza, encontrándose numerosas cumbres que sobrepasan los 2.000 metros. La altitud asciende de oeste a este, pero no de forma continua, sino formando dientes de sierra cuyos salientes y entrantes son progresivamente más pronunciados, alternando cursos fluviales y líneas de cumbres, tanto más altas cuanto más nos adentramos en las sierras.

El clima se caracteriza por inviernos fríos con abundantes precipitaciones (de nieve por encima de los 1.200 metros) y veranos secos y calurosos. Las precipitaciones oscilan entre los 400 mm en las zonas bajas de la parte sur-occidental de la comarca y los 1.600 mm. incluso 2.000, en las cumbres. La temperatura media anual muestra un clima relativamente suave.

Las características naturales del territorio han condicionado el uso y aprovechamiento del mismo. Los usos tradicionales: aprovechamiento ganadero, forestal y pequeños minifundios de cultivos tradicionales (olivar, cereal, hortícola,…) una variada artesanía popular (esparto, mimbre) han dejado paso a nuevas actividades económicas: empresas de servicios, sobre todo turísticas en el área del Parque Natural. La expansión e intensificación del olivar, que ocupa en la actualidad el 70% del área cultivada, ocupa superficies tradicionalmente dedicadas a otros cultivos: cereal de la campiña y hortícolas de las fértiles vegas del Guadalquivir y el Guadiana Menor.

A vista de pájaro en el paisaje de esta comarca se pueden distinguir: las sierras, al este y la campiña y las depresiones del Guadiana Menor y Guadalquivir, al oeste.

 Pico El Rayal, desde atalaya Infante Don Pedro Puerto de Tíscar

LA SIERRA desde cualquier punto de entrada a nuestra comarca, aparece como telón de fondo de un maravilloso escenario, pleno de encanto paisajístico. Varias sierras se alinean de este a oeste, sentido en el que disminuyen en altitud:  Cabrilla, Pozo, Cazorla y Quesada, separadas por el valle del Guadalentín, el valle del Guadalquivir y por la falla de Tíscar. Cumbres separadas por grandes barrancos por los que discurren arroyos que se encajonan en cerradas, saltan por cascadas, laderas cubiertas de pinares, quejigares,… zonas altas con pastizales, navas,…: en cualquier rincón se pueden descubrir especies de flora y fauna únicas en el mundo, asombrosos y longevos ejemplares arbóreos… Sus relevantes características han sido motivo suficiente para declararlas junto a Segura y Las Villas como Parque Natural: El Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. 

 

 

 

olivarLA CAMPIÑA: MAR DE OLIVOS.

Entre las sierras y las depresiones aparece la campiña; su relieve es suave y alomado. Tradicionalmente las zonas más bajas (por debajo de los 600 metros) estaban ocupadas por tierras de labor (cereal, leguminosas, etc.) mientras que a medida que se ascendía en altitud, el olivar era el cultivo dominante. Cerca de los pueblos, aprovechando los pequeños cursos de agua y los bancales tradicionales, permanecen aún  huertas y frutales.

En la actualidad el olivar ha ido desplazando al resto de cultivos, las lomas están ocupadas por un inmenso mar de olivos, interrumpido aún por algunas parcelas de tierra calma y pequeñas huertas, todo ello, enmarcado por las sierras circundantes. En las zonas más secan los almendros salpican de blanco la primavera.

Entre la agreste sierra y las fértiles vegas se ubican los pueblos de nuestra comarca.

 

Valle del Guadiana Menor

LAS VEGAS DEL GUADIANA MENOR Y GUADALQUIVIR.

Nuestros dos grandes ríos bañan fértiles vegas, que aun con olivares siempre presentes, muestran otros cultivos de regadío como ajo, espárrago, maíz, remolacha, alfalfa y pequeñas huertas de autoconsumo.

El Guadalquivir aquí muestra su cara más tranquila, tras descender encajonado desde su nacimiento, por las sierras en dirección norte. Varía su rumbo hacia el sur, ensanchándose y derramando agua por los distintos cultivos que encuentra a su paso, entre hileras de chopos y fresnos.

El Guadiana Menor, procedente de la Hoya de Baza, cruza la comarca desde el sur hasta el noroeste en su confluencia con el Guadalquivir. Sus verdes riberas destacan como ninguna otra en la comarca. El paisaje estepario circundante, dominado por terrenos secos, semidesérticos, ramblas, espartales…, hace de este río un oasis de verdor y fertilidad, en medio de un bellísimo “paisaje lunático”.

 

LA DEPRESIÓN DEL GUADIANA MENOR: ZONAS ESTEPARIAS

La depresión del Guadiana Menor es una de las zonas más áridas de la provincia de Jaén, representa la estepa de nuestra comarca. Multitud de ramblas confluyen en el irregular río, ocasionando una fuerte erosión; dando lugar a las denominadas “bad lands” o malas  ierras, ocupadas por vegetación semidesértica, con algunas especies vegetales exclusivas adaptadas a sustratos salinos y yesosos. En contraposición, aparecen las aguas permanentes del Guadiana que ofrecen en las riberas una apariencia de oasis.

 

ESPACIOS NATURALES

PARQUE NATURAL SIERRAS DE CAZORLA, SEGURA Y LAS VILLAS

Foto: Alfredo Benavente

El 40% del territorio comarcal pertenece al Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Su extensión alcanza casi la quinta parte de la provincia de Jaén. Sus 210.000 has. lo convierten en el Espacio Natural Protegido de mayor superficie de España. Incluye las casi 70.000 Has. del Coto Nacional de Caza de Cazorla y Segura. En el año 1983 estas sierras fueron declaradas Reserva de la Biosfera a través del Programa “Hombre y Biosfera” (MAB) de la UNESCO. Posteriormente en 1988, la Unión Europea declaró al Parque Natural Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

La Comarca Sierra de Cazorla tiene una elevada altitud media (superior a los 1.000 mts.), lo que confiere una espectacular belleza y singularidad al paisaje. Encontramos numerosas cumbres que alcanzan y superan los 2.000 m., destacando las cumbres del Cerro de las Empanadas (2.107 m.), Alto de la Cabrilla (2.039 m.), Tejos (1.987 m.), Tornajuelos (1.916 m), El Gilillo (1.847 m.) en la Sierra de Cazorla y la Cabrilla; Cabañas (2.028 m.), Calar (1.842 m.), Pico del Águila (1.985 m.), Puntal del Buitre (2.007 m.) en la Sierra del Pozo. Puntal del Buitre (2.007 m.) en la Sierra del Pozo.

 En el interior de la Comarca Sierra de Cazorla, se ubica una de las zonas de máxima protección del Parque Natural, la Reserva Natural de Navahondona y Guadahornillos, con una extensión de 23.151 has., en la que destaca un impresionante bosque mediterráneo con un altísimo grado de conservación en Roblehondo y Fresnedilla.

PARAJE NATURAL ALTO GUADALQUIVIR: Embalse del Puente de la Cerrada

El embalse del Puente de la Cerrada situado en el extremo noroeste de la comarca forma parte del Paraje Natural Alto Guadalquivir. Los Parajes Naturales, dentro de las categorías de espacios naturales protegidos, responden a espacios de pequeña extensión con un alto valor ambiental. Éste, en concreto destaca por la presencia de una interesante vegetación palustre y ribereña, que sirve de alimento y cobijo a especies tales como el calamón, garza imperial, garza real y malvasía. Engloba tres embalses construidos a partir de la década de los 50 en el Río Guadalquivir: Puente de la Cerrada (122 has.), Doña Aldonza (301 has.) y Pedro Marín (240 has.). Estos embalses han sufrido una fuerte colmatación y cegamiento por el barro acumulado, como consecuencia de la erosión que sufre la Cuenca del Guadalquivir, dando lugar a la existencia de zonas húmedas ecológicamente muy importantes. En sus márgenes el cultivo dominante es el olivar. La erosión de sus suelos, producida por la irregularidad en las precipitaciones, relieve accidentado, sustrato litológico fácilmente erosionable y manejo de suelo propio de este cultivo, produce grandes pérdidas de suelo, que arrastrado por las aguas rellena y colmata los embalses. Este fenómeno, la erosión, que dio lugar a la existencia de los humedales es en la actualidad, sin embargo, una de las amenazas más importantes a las que se enfrentan. El bajo nivel del agua, favorece el avance de la vegetación, alterando el hábitat de numerosas especies, sobre todo anátidas. A esto hay que añadir las constantes fluctuaciones del nivel hidrológico (estos embalses son reguladores de caudal). Las comunidades vegetales que aparecen, se distribuyen según una serie de factores ecológicos: nivel freático, velocidad de la corriente, orientación, espesor del suelo, acción antrópica, etc. Se pueden distinguir: eneas ( Typha latifolia), carrizos (Phragmites australis), tarays (Tamarix sp.), saucedas (Salix alba, Salix purpurea), fresnos (Fraxinus angustifolia), álamos blancos ( Populus alba)…

Dentro del grupo de las aves acuáticas las más abundantes son las anátidas: Ánade real (Anas platyrhynchos), Cerceta común (Anas crecca) y Pato cuchara (Anas clypeata).  El ánade real, pato real o azulón, es el pato más abundante en el Alto Guadalquivir, es el de mayor tamaño y permanece a lo largo del todo el año en el paraje. El macho presenta la cabeza verde, al igual que el cuello, pero éste un poco más oscuro, con un fino collar blanco que da paso al pecho de tono castaño. Lo más característico es el espejuelo de color azul. La hembra por el contrario es parda con motas y rayas más oscuras.  Otro ánade, la cerceta común, de menor tamaño pero también muy abundante, es migrador y sólo se encuentra en los meses invernales; los machos se distinguen por un “antifaz” verde y una mancha amarilla en la base de la cola.  El pato cuchara, fácilmente observable en invierno, destaca por su pecho blanco brillante (sólo los machos) y por su pico grande y espatulado.  En el embalse de la Cerrada, a diferencia de los otros dos embalses que constituyen este Paraje Natural, pueden observarse patos buceadores, fundamentalmente el Porrón europeo (Aythya ferina) y Porrón moñudo (Aythya filigula).  El porrón europeo, como el de otros buceadores tiene el cuerpo compacto, en su plumaje están ausentes los colores vivos. El macho tiene la cabeza castaño rojiza, pecho negro y cuerpo gris, se distingue del porrón moñudo, en la ausencia de flancos claros.  Entre los carrizales existen colonias reproductoras estables de Calamón común (Porphyrio porphyrio). Este rálido, de costumbres ariscas y discretas se esconde entre la espesa vegetación; con suerte, al atravesar un claro, podremos observarlo. Del tamaño de una gallina, contrasta su color azul purpúreo con el pico y patas rojos.  Entre los rálidos además del calamón, son habituales la focha común (Fulica atra ) y la polla de agua (Gallinula chloropus).  Otro de los grupos representados son los limícolas: Avefría (Vanellus vanellus), Avoceta (Recurvirostra avosetta ), Cigüeñela (Himantopus himantopus) y Aguja colinegra (Limosa limosa).  La avefría, es muy abundante sobre todo en años fríos. Es un ave de tamaño medio, negra y blanca, con alas redondeadas y cola corta, visible en vuelo; moño fino y patas largas, a la luz del sol verdosa brillante por el dorso; ambos sexos son iguales.  La familia de las garzas está representada en este Paraje Natural, aunque no son muy abundantes. Destacan:  La Garza real (Ardea cinerea), Garza imperial (Ardea purpúrea), Garcilla bueyera (Bubulcus ibis), Garceta común (Egretta garzetta).  Dentro del grupo de las rapaces: el Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus)  sobrevuela de forma permanente los carrizales. En el paso migratorio: el Águila pescadora (Pandion haliaetus), también se deja ver en estos parajes lacustres.

Visitas: 1106

Centro de preferencias de privacidad

Necessary

Como usamos las coockies propias

_gat_gtag_UA_116312362_2,_ga,_gid,gdpr,viewed_cookie_policy

Advertising

Analytics

Other